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ESIA Zacatenco



El riego es la aplicación artificial del agua al suelo. Existen tres métodos para llevar a cabo esta aplicación: superficial, en el que el agua se aplica sobre la superficie del suelo; presurizado, en el que el agua es conducida a presión por tuberías, hasta un emisor en el punto de aplicación, y subsuperficial, en el que el agua se aplica por debajo de la superficie del suelo. Cada método tiene ciertos sistemas de riego que se adaptan a las diferentes condiciones del proyecto. Los métodos de riego se diferencian por la forma de aplicar el agua en el suelo. Actualmente, existen tres métodos básicos que se muestran en la siguiente tabla.
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El riego superficial: también conocido como riego por gravedad o riego rodado, es aquel donde el agua se aplica sobre la superficie del suelo y se distribuye en la parcela aprovechando la fuerza de gravedad o pendiente, y se clasifica, según la cantidad de agua aplicada, en: inundación total e inundación parcial.
Inundación total: Este método consiste en cubrir prácticamente toda la superficie del suelo con una distribución uniforme de agua. El método de inundación puede hacerse mediante melgas o cajetes.
Inundación parcial: En el riego por inundación parcial el agua cubre parte del terreno, ya que se conduce y aplica mediante pequeños canales o zanjas construidos en el suelo denominados “surcos”. Una parte del agua corre sobre el fondo del surco y la otra se infiltra en el suelo, mientras que los bordos se humedecen por capilaridad. Los sistemas de riego por inundación parcial pueden ser: surcos a nivel rectos y en contorno, surcos con pendiente, camas y corrugaciones.


Las melgas son franjas de terreno rectangulares o en contorno, planas y rodeadas por bordos, cuya altura varía de 30 a 60 cm, y su ancho de 60 a 120 cm. El ancho de la melga comúnmente varía de 4 a 50 m, y la superficie de 0.25 a 0.50 hectáreas.

Las melgas con curvas de nivel generalmente se utilizan para granos, cuya siembra es a poca profundidad y soportan una inundación total por un tiempo corto, como el trigo y sorgo, o en aquellos donde se quiere mantener inundado el cultivo, como el arroz.

Los cajetes tienen una pequeña superficie de terreno rodeada por bordos, que forman un círculo o rectángulo alrededor de los árboles. Este método se aplica generalmente en frutales como el nogal, cítricos, aguacate, guayaba, etc. La dimensión recomendada es el área sombreada del frutal, con el fin de minimizar la presencia de malezas en la zona aún no cubierta con cultivo.

Las melgas son franjas de terreno rectangulares o en contorno, planas y rodeadas por bordos, cuya altura varía de 30 a 60 cm, y su ancho de 60 a 120 cm. El ancho de la melga comúnmente varía de 4 a 50 m, y la superficie de 0.25 a 0.50 hectáreas.

La separación de los surcos varía de 0.60 a 1.80 m y su profundidad de 0.15 a 0.40 m. La longitud de los surcos a nivel varía desde 50 hasta 200 m, dependiendo de la textura del suelo; los surcos con pendiente pueden tener longitudes de 300 metros.

Las corrugaciones son pequeños surcos preparados para la siembra de cultivos de cobertura total, de semillas muy pequeñas que no germinan cuando el suelo hace costra. Los bordos o camitas que se forman se humedecen gracias a la capilaridad del suelo. La separación varía de 0.15 a 0.60 m y su profundidad de 0.07 a 0.15 metros. Se utilizan en suelos con texturas pesadas y con gastos pequeños.

La separación de los surcos varía de 0.60 a 1.80 m y su profundidad de 0.15 a 0.40 m. La longitud de los surcos a nivel varía desde 50 hasta 200 m, dependiendo de la textura del suelo; los surcos con pendiente pueden tener longitudes de 300 metros.

Los componentes básicos de un sistema de riego por gravedad son: fuente de abastecimiento (que puede ser una presa, pozo profundo, noria, etc.), canal o la tubería de conducción (red de conducción desde la fuente hasta la parte alta de la parcela), estructura aforadora (punto de medición en la parte final de la conducción e inicio de la parcela), regaderas (red de canales para la distribución del agua dentro de la parcela), dispositivos de entrega (sifones, mangueras, tubos, compuertas y aberturas en los bordos) y conformación del terreno (surcos, camas, bordos, zanjas, corrugaciones). Estos elementos deben estar en condiciones de operar adecuadamente. A mayor cantidad de elementos con problemas de operación, mayor será la dificultad de lograr un manejo eficiente del agua en la parcela.
Fuente: Taller de homologación, Instituto Mexicano de Tecnología del Agua.